miércoles, 18 de abril de 2012

Rumbo a puerto





Si alguien nos pidiese una descripción de la Barceloneta seguramente no tardarían mucho en salir todos aquellos atributos relacionados con el mar, el puerto, la pesca etc… ya que son los que le dan carácter y marcan la impronta.
La historia nos recuerda que los gremios de mar y las cofradías se vincularon a la Barceloneta desde los primeros tiempos de su fundación trasladándose al Templo de Sant Miquel del Port y las actividades tradicionales como la pesca formaban hasta mediados del siglo pasado parte del paisaje del propio barrio. Con el tiempo el puerto de pescadores se ha vuelto testimonial y las reformas olímpicas generaron un modelo de puerto totalmente enfocado al ocio y el negocio. Con la polémica reforma de la Marina estamos quizás ante el último aliento de un espacio tradicional que ha resistido a costa de encerrarse cada vez más en sí mismo. Desde la Barceloneta las entidades se han posicionado mayoritariamente diciendo que no quieren una privatización del puerto para la élite ociosa. Los argumentos para decir NO están claros pero… qué es lo que si queremos? dónde están las propuestas?
En los años 20 del siglo pasado un grupo de hombres encabezados por Salvador Miquel no dudaron en promover un proyecto para impulsar en el edificio de Drassanes un museo naval que se hizo realidad en los años 30 y que es el actual Museo Marítimo de Barcelona. Lo importante de esto es que se permitieron soñar con un espacio que ilustrase la historia de la marina catalana y como habitantes del lugar más marinero, no dudaron, se pusieron a trabajar para conseguir algo en lo que creían.
Qué papel debemos tener ahora como barrio? En que debemos creer? Debemos dejar que el uso para la economía tradicional del espacio sea cada vez más arrinconado?
La cofradía de pescadores del pueblo de L’Escala, Gerona, es un ejemplo de estrategia de desarrollo local de que este tipo de actividades puede ser también algo importante. El centro de interpretación, http://www.maram.cat/es/, con el que cuentan, atrae a todo tipo de público y forma parte de una emprendedora área portuaria en la que la cofradía regenta un restaurante, ofrece seminarios, talleres y visitas guiadas del lugar de desembarque y la lonja. Por su parte, la exposición permanente proporciona información sobre la vida y el trabajo de los pescadores de la zona y promueve la pesca responsable y el respeto del medio ambiente.
En la localidad alemana de Bremerhaven, tuvieron una evolución similar añadiendo un instituto local que realiza tareas de evaluación de la calidad del pescado. Otros espacios pesqueros incluso han apostado por las inversiones en empresas locales y han apoyado la aparición de una gama de nuevos productos y procesos, tales como productos de algas, el uso de restos de pescado para alimentos para peces, o en cosmética, ahora que está tan de moda el colágeno marino…. Las posibilidades son grandes y si la tradición con la consiguiente dosis de innovación triunfa la Barceloneta no dejará de ser ella misma…
Podemos tener un puerto lleno de yates gigantes y despersonalizado… pero la Barceloneta es un barrio marinero y pescador, ese debería ser el eje de nuestro puerto, si perdemos esa esencia… perderemos para siempre lo que realmente nos hace especiales.



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